lunes, 23 de junio de 2014
domingo, 8 de junio de 2014
Un cuento al azar: "EN TUS MANOS"
En la antigua Grecia, sede esplendorosa
de las Ciencias y de las Artes, se hallaba un anciano famoso por la lucidez
que sus respuestas ofrecían a todo aquel que solicitaba consejo
y guía.
Una tarde, el joven estudiante Quirón, conocido por el tono irónico que utilizaba al poner en aprietos a los académicos más notables, decidió ir a escuchar al anciano, para de una forma u otra, poner en entredicho sus ideas.
Cuando llegó al hemiciclo donde éste hablaba, se sentó junto a los que escuchaban y prestó atención con ánimo de encontrar en sus planteamientos la mínima presencia de fallos y grietas.
El anciano decía así: "Nuestros antepasados pensaban que
en la vida hay que ver para creer. Se trata de un principio que suele
resumirse en aquella frase que todavía resuena: Si
no lo veo no lo creo".
Un gesto de curiosidad se fue dibujando
en el rostro de los allí reunidos.
El anciano prosiguió: "Sin
embargo, si profundizáis en ello, comprobaréis que para el
ser humano que ha observado suficientemente su mente, no se trata de ver
para creer, sino más bien al revés, de creer para ver. Nuestras
creencias crean la realidad y en consecuencia el hombre autoconsciente
elige lo que quiere vivir y, paso a paso, conforma su destino".
Quirón se sintió algo confundido.
Por una parte, entendía lo que quería decir el anciano,
pero por otra parte, deseaba satisfacer su deseo de ridiculizarlo, así
que salió del hemiciclo con el fin de idear una estratagema que
lograse su objetivo.
Resultó que pasaba por allí
un mercader de pájaros, conocido por apresar una especie de muy
pequeño tamaño con ingeniosos cepos de su invención.
Al verlo, Quirón pensó: "Siempre que estoy buscando
una solución suele aparecer algo ante mis narices que trae las
claves, así que me acercaré a ver esos pájaros y
seguro que se me ocurrirá algo".
Cuando vio un pequeño pajarillo
que cabía en la palma de su mano, de pronto, se iluminó
su mente y se dijo:
"Ya lo tengo, tomaré este
pajarillo, me acercaré al anciano y le preguntaré delante
de todos, si cree que este polluelo que tengo en mi mano cerrada está
vivo o muerto. Si me contesta que está muerto, abriré mi
mano y lo dejaré volar. Si por el contrario, me contesta que está
vivo, lo apretaré con fuerza y lo dejaré caer al suelo. Entonces, dijo con radiante alegría, sus ambiguas teorías
acerca del destino se verán devaluadas..."
Así pues, Quirón tomó
el pajarillo en su mano y se acercó de nuevo al hemiciclo para
interpelar al anciano. Una vez allí y levantando fuertemente la
voz, le dijo: "Anciano, decidme...", dijo levantando
el puño a la vista de todos, "Tú que pareces saber
lo que hay tras las apariencias, responde mi pregunta; ¿el pajarillo
que tengo en mi mano, está vivo o está muerto?".
Un silencio tenso se hizo entre todos
los allí presentes.
A lo que el sabio, mirando a los ojos
del joven con una profunda ternura le contestó:
"Muchacho, en realidad
LA VIDA Y EL DESTINO ESTÁN EN TUS
MANOS".
domingo, 1 de junio de 2014
jueves, 15 de mayo de 2014
jueves, 1 de mayo de 2014
martes, 29 de abril de 2014
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